martes, 29 de julio de 2008

Cuatro Principios básicos para un buen Comienzo


Saludos a todos los foristas, hermanos y hermanas que participan de forma activa en el foro y siempre exponiendo ideas y conceptos valiosos, siempre dignos de profundo analisis y conocimientos.

En esta ocasión quiero compartir con ustedes un poco de esa luz que me irradia diariamente, un poco de conocimiento que a medida que voy descubriendo se hace mas vital en mi, un poco de esa sabiduría aprendida de mis mayores y hermanos y que dia a dia trato de hacer una parte natural de mi sentir, pensar y actuar.

“Àse dowó Bàbá”
El poder está en las manos del Creador

Este primer principio nos enseña que ante todo debemos ser humildes en todo lo que expresamos, ya sea por medio del pensamiento, la palabra o la acción.
No existe en la creación una persona o criatura viviente que sea poseedora del poder absoluto sobre todas las cosas y situaciones como lo es Olódùmarè, bendito sea!

Si pensamos un poco sobre esta declaración, no hay cosa alguna que pueda ser llevada a cabo bajo nuestra propia cuenta sin antes contar con la asistencia o aprobación de algún otro o alguna entidad superior concebida dentro de nuestra propia razón, lo que nos muestra el nivel de dependencia que poseemos unos de otros para poder vivir y sobre-vivir día a día en alienación con nuestro Ìpín (destino).

El simple hecho de “Vivir” filosóficamente hablando denota “dependencia” por nuestra parte, pues:
• dependemos del aire para poder respirar y oxigenar nuestro cuerpo,
• dependemos de la naturaleza, la cual nos provee de alimentos y los medios materiales de subsistencia, entre otros.

En fin, dependemos materialmente de muchas cosas, pero mas aún de ese Ser Supremo, el cual todo lo creó (naturaleza, animales, aire, etc.) y que en su Santa y Divina Misericordia hacia su creación formó a los Òrìsà y al Hombre, ese Ser Supremo es Olódùmarè, el poseedor del Àse (fuerza vital) y quien lo reparte en justa medida entre los Òrìsà y los hombres.


“Súúru ni Bàbá Ìwà”

La Paciencia es el Padre del Carácter

Este segundo principio nos enseña el arte de la Paciencia, pensar detenidamente y objetivamente antes de decir o emitir algo u emprender una acción.

“Antes de pensar o actuar debemos meditar las consecuencias posteriores que tendrán nuestras palabras u acciones sobre nosotros mismos o el entorno que nos rodea, pues cada palabra y acción posee elementos superiores que actúan ya sea en beneficio o en contra de nosotros o sobre los demás.”

Según esta declaración pareciera que este principio se refiere más a meditación y Contemplación de nuestros actos y palabras, y no realmente a lo que la Paciencia se refiere etimológicamente como la virtud que consiste en tener calma y tranquilidad para las cosas que no llegan rápidamente, por así decirlo, más aclaro y declaro antes ustedes que la Paciencia es la virtud de aprender y entender con calma y tranquilidad los principios básicos que hacen mover el mundo, las relaciones humanas, místicas y demás.

En verdad la paciencia es una virtud muy difícil y más sobre en estos días de nuestra sociedad, la cual muchos catalogan como una sociedad de “Microondas” o sea que quiere y se inclina por todo lo inmediato y pone de lado o renuncia a lo que le causa un poco de demora y detenimiento.

En las palabras de mi Bàbá Ifá, Awo Fá’léri Áwódí Òkè del Templo Ilé Odùdúwà gbé Ágbáiyé.:

“Es importante que en relación a este tema, suprimamos esa necesidad que hay dentro de nosotros de darle una preexistencia vital a las preocupaciones e intereses materiales, que suprimamos nuestra visión del mundo actual, No importa que tanto sacrificio hallamos realizado, no importa que tanta medicina para protegernos hallamos hecho, lo que sea que vaya a suceder sucederá de todas maneras y no debemos sentirnos deprimidos o sin esperanza. La Paciencia y la Confianza son lo más importante. Esta confianza interna, llevara a una confianza personal. El profesor lo tenemos con nosotros es Orí, la divinidad personal de alguien y la memoria hereditaria.”

“En Ogbè Osé, Ifá recomienda a los seguidores que sean pacientes acerca de la vida. Los devotos de Ifá deben de tener y saber que al final de un túnel oscuro, existe la luz. Ifá también recalca que sus devotos perseveren porque en los tiempos difíciles no son por siempre. Siempre la paciencia debe ser usada por el hombre desde su casa espiritual o sea en su interior, debe ser administrado por el carácter”

Àse, salud y larga a vida a mi Bàbá Ifá, Fá’leri Áwódí Òkè y que por siempre sea colmado de bendiciones, bienestar y gbogbo Iré por parte de Olódùmarè, Odùdúwà, Òrúnmìlà, Èsù Elégbà (mi Òrìsà regente) y todos los Òrìsà del amplio y rico Universo Yorùbá, del Mundo!! (Q.: L.: H.: )


“Otító O'dodo”
Hablar bien y con la Verdad

Para nosotros Ifá es la verdad. Es a través de Ifá que Olódùmarè nos guía para tener una vivir en perfecta armonía y equilibrio con toda la existencia.

Ifá le enseña al hombre lo que es bueno y lo que es malo, lo que debe adquirir y lo que debe alejar de sí para su mejor desarrollo intelectual y espiritual.

Viviendo en mundo, muchas veces, lleno de ilusiones y obstáculos creados por nosotros mismos, nos es difícil discernir entre lo que puramente verdadero y lo que no lo es.

Ifá posee el conocimiento, la sabiduría y el entendimiento, es a Òrúnmìlà y a sus enseñanzas a quien debemos apegarnos y a quien debemos buscar en todo momento de nuestras vidas para que la verdad nos sea revelada y dejar las ilusiones y espejismos que nos impiden desarrollarnos física, mental y espiritualmente en un mundo cada día mas avanzado y por ende mas complicado.

Recordemos siempre las leyes morales universales reveladas en el Odù Ìká Òfún, leyes aplicables a todo ser humano sin distinción de procedencia, color, credo, raza:

- no ser falsos
- no mentirnos
- no ser inmorales
- respetar a los demás
- ser tolerantes
- superarnos
- contribuir al mejor desarrollo, avance y evolución de nosotros mismos, de nuestros hermanos y nuestra sociedad.

Es así, llevando siempre esta bandera por delante, que un hombre se realiza en la Verdad Absoluta y su espíritu asciende a niveles de Sabiduría y Compresión superiores a los de sus vecinos y demás que no se esmeran en la autorrealización y superación personal, intelectual y espiritual.


“Olódùmarè ni Idajo”
El Juicio está en las manos del Creador

Este último principio nos enseña literalmente que sólo Olódùmarè tiene la potestad para Juzgar sin ser juzgado.

Nosotros los humanos día a día nos esforzamos una y otra vez en juzgar y degradar a los demás simplemente porque muchas no compartimos y no coincidimos con su forma particular de ver la vida, con su manera de actuar, sus opiniones y puntos de vista.

Esto primeramente podría apreciarse como egoísmo, pues lo que se desearía es que todos pensaran y actuaran acorde a como Nosotros lo impongamos, ignorando que existe que un Libre Albedrío y Libertad de Pensamiento, Palabra y Acción.

Cuando un hombre Juzga a otro, está dando licencia al universo para que éste también los juzgue a él, y muchas aunque el propio juicio emitido hacia los demás sea favorecedor, el que hizo en contra nuestra puede no ser igual y hasta peor que el nuestro.

¿El por qué? Pues nos afanamos en buscar los defectos, fallos, errores y diferencias que existen entre los demás para con ello sustentar lo que a nuestro criterio son malas conductas que no coinciden que nuestra propia filosofía de vida y que por ende nos lleva a condenar a quien no la comparta.

Ifá es una religión que busca siempre la unión fraternal de los hombres, la reparación del mundo y su desarrollo, enseñando una doctrina de Tolerancia, Respeto mutuo, Hermandad, Sabiduría y Conciencia.

Ifá declara “El saber está repartido”, por eso todos aprendemos de todos en mayor o menor escala.

Ifá nos enseña a ver con ojos abiertos esos aspectos que cotidianamente consideramos simples y que hasta ignoramos, como lo es una hoja al caer del árbol, ésta irá al suelo, allí el aire vendrá y la hará rodar un número determinado de veces hasta que llegue al lugar indicado, luego esta hoja pasará a alimentar a los insectos que están en ese lugar y por ultimo se declara el máximo ideal: “Bendito es Olófin por haber hecho que esta hoja llegara a nosotros para alimentarnos y darnos abrigo, el Eterno Creador siempre Juzga de forma favorable y justa a quien diariamente demuestra una buena conducta en lo intimo y en lo social, y siempre confía, se regocija y alaba el Juicio de Olófin a pesar de lo difícil que puedan presentarse los tiempos”

Àború Àboyè!

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