martes, 29 de julio de 2008

La verdad es una... ¿o dos?


Un mundo ajetreado, que se mueve a mil por segundo….nuevas formas de vida surgen en cada momento, ideas mueren y dan vida a otras más potentes e innovadoras, creaciones dejan de existir y dan paso a una nueva obra…
¿Pero cómo es que todo ocurre todo esto? ¿Dónde está el hombre para presenciar cada paso que da la naturaleza, o más aún, cada paso que él mismo da?

Vivimos en una inercia voluntaria masiva, nos vemos haciendo y repitiendo acciones de forma mecánica diariamente como parte de nuestra rutina y ni siquiera nos detenemos un momento para meditar sobre ello e innovar, no nos tomamos un momento para recomenzar y romper la rutina.

Esto es lo que podemos esperar y lo que apreciamos de una sociedad secular, más sin embargo, ¿puede uno ser religioso y vivir a la marcha del mundo actual? O por el contrario ¿es nuestra religión la que necesita un toque de modernidad o reformismo para que se adecue a nuestros deseos materiales y caprichos del momento?

Ifá ha sobrevivido y enseñado a muchas generaciones durante muchos siglos y somos testigos de que la creencia en Ifá y la fe en Òrúnmìlà sigue intacta, más no así su Corpus o Cuerpo Literario, al cual con el pasar del tiempo y de acuerdo a las situaciones vividas por cada generación, se le han hecho añadiduras u omisiones de acuerdo a la interpretación personal o grupal, cosa que desde el punto de vista objetivo da como resultado muchas veces la confusión, discrepancia y hasta enfrentamientos entre personas, grupos y corrientes religiosas de diferente ideología.

El odù Ogbè Òdí declara: “El saber está repartido”

Cualquier persona hasta con un nivel de coeficiente intelectual bajo podría comprender esta frase y más aún ver un poco más allá, detrás de lo que se esconde en estas palabras sagradas de Ifá.
Algunos dirán “Sí es cierto, nadie es poseedor de la verdad absoluta” o alguien con una visión filosófica diría “claro, es mi derecho defender en lo que creo de acuerdo a la forma en que lo concibo” etc.

Pero ¿se han preguntado alguna vez si de verdad Ifá da paso a estas declaraciones desde el punto de vista objetivo?

La verdad absoluta es una y la posee Ifá y no el hombre, más un ejemplo de esa verdad pura, clara y hermosa es el hombre, la vegetación, los animales, las plantas, los mares, los ríos, el cielo, la tierra, la brisa, la luz, la oscuridad.

Cuando todos estos elementos se funden y se vuelven uno sólo, es allí donde se expresa esa verdad única, y esta se llama Ifá.
Ifá es la Sabiduría, el Entendimiento y la Comprensión.

Àború Àboyè!

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