martes, 29 de julio de 2008

Un llamado a la Unión

Àború Àboyè!

Una de las características de la “Santería” u “Regla de la Oosa” en nuestra tradición Cubana (digo nuestra por ser latino e iniciado en la misma), es la constante rivalidad que existe entre los Consultores o Adivinadores para saber quién sabe más que el otro y qué roles está autorizado a desempeñar en una ceremonia…. ¿Podría ésta rivalidad ser resultado de la falta de textos escritos y de una buena fuente?

Pues aun cuando no existe un texto del todo completo, Ifá rige la religión. Este es también un problema en las religiones con textos escritos. Todo lo que se escribe puede ser motivo de discusión dependiendo de la interpretación.

No habría tanto conflicto teniendo literatura oral, porque la tradición no es exacta aún cuando se ha tratado de que lo sea, ésta siempre tendrá pequeños cambios. Sin embargo, algo que está escrito no da lugar a que se le hagan cambios. Hay quienes tomarán el significado literal y otros le darán un significado más filosófico y verán un significado más profundo, aún así, será motivo de controversia. No obstante algo que no está escrito permite cierta intromisión, como en el caso de Ifá, te permite ser creativo para lo que un Bàbáláwo puede y no decir con sus propias palabras, pues Ifá inspira.

Algo que está escrito no puede modificarse con la propia interpretación, porque dicha interpretación se volvería dogmática y autoritaria, al mismo tiempo que se vuelve contenciosa porque surgen preguntas de cómo se debe interpretar, si de formal literal, idiomática, metafórica o simbólica.

El la cultura Yorùbá se mantiene hasta estos días la tradición Oral como medio de enseñanza religiosa a los futuros Sacerdotes y Sacerdotisas de Òrìsà e Ifá.
Esto debido a que en situaciones históricas en las antiguas sociedades no se conocía la escritura y como medio de transmisión y guarda de la sabiduría, se pasaba ésta de forma oral de los mayores a los recién iniciados, manteniéndose éstos siempre fieles a las claras palabras y enseñanzas adquiridas.

Ifá, cuyo Corpus Literario y forma de marcar es binaria, permite dentro de su enseñanza e interpretación, como se mencionó anteriormente, la subjetividad a la hora de interpretar, pues es allí donde se muestra el Àse del Bàbáláwo y el punto de inspiración que provee Èlà-Òrúnmìlà.
Ahora bien, con esto no se quiere decir que no hagan falta los textos escritos o tratados con los que nos contamos hoy en día, pues muy al contrario, sirven estos como base de estudio y formación a muchos recién iniciados que se forman en las bases del conocimiento de los Odù y los diferentes aspectos en los cuales estos influyen.
Pero a su vez estos libros son escritos de la mano de uno o de un grupo de personas que si bien se mantienen fieles a un texto base, le hacen añadiduras de acuerdo con sus experiencias en el campo de esta ciencia.

En parte es muy buena esta labor, puesto que cada día hay más conocimiento y sabiduría al alcance de aquel que se empieza a formar, pero también tiene una parte negativa, y esta es la constante confusión que surge a la hora de la interpretación y repartición de roles dentro de una ceremonia. Con esto me refiero a las constantes restricciones aplicadas a la mujer, a los àlejò y hasta a los mismos Sacerdotes de Òrìsà y de Ifá.
Como claro ejemplo pongo algunos casos, y no con la intención de crear polémica, sino meramente con la intención de informar y avisar a los mayores de esta religión y a sus practicantes, hacia el punto al que estamos llegando y cuánto nos apartamos cada vez más de la tradición original de nuestros ancestros en tierra Yorùbá:

*La restricción de la mujer de estudiar Ifá e interpretarlo.
*La restricción de los Omofá o iniciados en Owófákan de estudiar Ifá.
*La restricción de los Omofá de no poder ofrecer Obì a sus Òrìsà y depender total y completamente de sus padrinos, siendo este un hecho de comercio!
*La restricción de que el Awo que no tenga Òrìsà Asentado no pueda estar dentro del cuarto de santo por mandato del Oríaté.
*Los famosos Santos que se hacen con “Oro”, sosteniendo firmemente que “siempre se ha hecho así y que no hay otra forma”
*La restricción de que cualquier persona que no tenga Òrìsà asentado no pueda participar de ciertas ceremonias, creando muchas veces falsos tabúes.

Y así otros casos más que los mayores sabrán y tendrán en cuenta.

Conforme el siglo XXI marcha a pasos agigantados, parece que nuestra capacidad de estudio, análisis e investigación va decreciendo, pues son cada vez más los casos de personas que son estafadas, de personas que dejan la religión por no encontrar la estabilidad que buscaban, son más las personas que dejan la religión porque sus mayores no les enseñaron los puntos filosóficos y teológicos que moldean nuestra creencia y sólo se enfocaban en enseñar a “brujear” y eso del “ojo por ojo, diente por diente”, etc.

Hermanos, dijeron los Sabios con bendita memoria: “El pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo”

Recordemos que descendemos de Reyes, de Linajes Ancestrales portadores de infinita riqueza espiritual, guerrera y material, que descendemos de la cuna de Sabiduría, que somos Yorùbá, retomemos y revivamos la unificación de nuestro Pueblo, de nuestras costumbres, nuestra creencia y nuestras filosofías, pues es sólo ésta la manera por la cual haremos verdadero homenaje a nuestros antepasados que sufrieron y dieron su vida por lo que nosotros somos hoy: Su Descendencia!!

Es esta la única manera de que la esclavitud no se vuelva a repetir, y no hablo de una esclavitud física y dolora, sino de una esclavitud mental, la cual hará presa a todos aquellos que no se enfoquen en la unificación, reconstrucción y revivencia de nuestras tradiciones, será una esclavitud cuyas cadenas solo estarán en capacidad de ser abolidas por nosotros mismos, y eso será sólo de acuerdo a nuestros grados de conocimientos y de verdadera práctica religiosa, Fe en Ifá, los Òrìsà y Olódùmarè.

Ogbó ató!

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